Soñé con un jardín donde mis pasos eran serenos, casi susurros sobre la tierra. Los colores parecían cobrar vida propia en cada flor, vibrando como si guardaran secretos. Soñé que capturaba tus miradas en medio de aquella vegetación exuberante, como un juego de escondite en el que yo observaba, intentando desentrañar todos los misterios de aquel jardín enigmático.


En el verde profundo del jardín, ella se convierte en un espíritu libre. Su cabello, se entrelaza con las ramas y las hojas, creando una sinfonía visual que muestra la conexión inquebrantable entre lo humano y lo vegetal. En sus gestos, la libertad de quien se sabe parte de algo más grande.

En un rincón oculto del jardín, ella permanece como un enigma en calma. El viento le susurra secretos, y la hierba, en silencio, guarda lo que sabe. Entre sombras y luces, el misterio y la serenidad se entrelazan.

Su mirada,
profunda como el océano,
refleja la serenidad y
el poder de los elementos
que la rodean.
Rodeada de pétalos
y aromas,
ella se convierte
en musa
de la naturaleza.


En el jardín,
bajo la luz dorada
del atardecer,
las flores doradas resplandecen.
Ella se acuesta entre ellas
y la naturaleza parece abrazarla
con cálidos aromas y colores.

“Despertó de la realidad para encontrarse en el País de las Maravillas, rodeada de una explosión de colores vibrantes y fragancias embriagadoras. Un lugar donde cada sueño se hace realidad, y la naturaleza es amigable y reconfortante.”

Entre sombras y luces, su silueta se dibuja como un sueño evanescente. La espesura del follaje envuelve su figura como un abrazo


Las flores acarician su rostro con sus suaves pétalos, movidos por la brisa. Cada pose es una conversación silenciosa entre ella y las flores. Los colores, resaltan la dualidad de la existencia: fragilidad y fuerza, belleza y misterio.


Priscila


Rachel

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Yessenia & Isica






Narata

Alexandra


Inmaculada




SAMSUNG CSC













Teresa







Tara

Tara








Tara

Tara






